02 de novembre 2009

Monumento polémico


Última Hora 1-11-2009
El monolito dedicado al crucero "Baleares" vuelve e la actualidad
El presunto clamor popular contra el monumento sólo se ha concretado en protestas de cien personas.

EDUARDO CONOLLY. El 14 de marzo de 1938, nueve días después del hundimiento del crucero "Baleares" aparece en la primera página de la "Última Hora" un artículo titulado: "Un monumento a los héroes de en la ciudad de Palma" y subtitulado: "Nuestro homenaje al Baleares". En él, y con la prosa característica de la época, se da cuenta de la inciciaiva por parte de dicho periódico de erigir un monumento a la memoria del crucero hundido. No sólo en Palma se erigieron monumentos en honor del crucero nacional, también se levantaron en: Llerena (Badajoz), en el Museo Naval de Madrid, en San Sebastián y en Algeciras. Dicha idea recibe el apoyo inmediato de las autoridades políticas y militares del momento, así como el apoyo de gran parte de la población de la isla.
El periódico se propone sufragar el proyecto por suscripción popular, encabezada por él mismo. Los donativos se depositarán en la propia redacción del diario, y en los pueblos se encargarán de recogerlos los corresponsales del mismo diario, además se efectuaron gestiones para que en las taquillas de teatros y locales públicos también se pudiera recaudarlos. El depositario de los mismos, sería el Banco de España, en donde se abrió una cuenta especial.
La labor que realizó "La Ultima Hora" fue laboriosa y constante, poniendo toda su estructura en la isla al servicio de la empresa. Podemos afirmar que la paternidad del proyecto le correspondió a la familia Tous, propietaria del periódico en aquellas fechas, que supo canalizar la voluntad popular.

Las listas
El diario "La última Hora" anuncia que "semanalmente las listas de los donantes vendrán a nuestra redacción para que sean publicadas, honrando así sus páginas con los nombres de todos sus amigos que quieran colaborar en el patriótico empeño"
El día 17 de marzo de 1938 aparece la primera lista de donantes y así en sucesivos días. El primer donativo lo realizó el propio periódico con la cantidad de 500 pesetas. Llegaron aportaciones económicas desde dentro y fuera de la isla, e incluso desde el extranjero, multitud de particulares, y un sinfín de entidades de carácter deportivo, educativo, militar, político, cultural y religioso, aparecen en las listas, junto a empresas y comercios, entidades bancarias, sindicatos, colegios oficiales, empresas hoteleras y ayuntamientos de toda la Isla. Algunas, solo una muestra, de las empresas y entidades que participaron con sus donativos, muchas de las cuales aún existen hoy día fueron: El Crédito Balear, Caja de Ahorros y Monte de Piedad, Banco de España, GESA, Cía de Ferrocarriles de Mallorca, Cía de Ferrocarriles de Sóller, Compañía de Tranvías, Gran Hotel, Hotel Victoria, Restaurante Oriente, Hotel Alhambra, Bar Bosch, Teatro Lírico, Frontón balear, Círculo Mallorquín, Sociedad "La Veda", Casa Buades, Almacenes Bauzà, Colegio Oficial de Farmacéuticos, Colegio Notarial, CAMPSA, etc...
Las listas estuvieron apareciendo durante varios años, aunque cada vez menos regularmente debido a los imperativos de espacio que las otras noticias reclamaban. Releyéndolas vemos como toda la Isla y el "todo Mallorca" se volcó en el proyecto. También se realizaron funciones y representaciones teatrales en los principales teatros de la ciudad, para recaudar fondos.

El concurso
Paralelamente a la suscripción popular "La ultima Hora" convocó un concurso para que se presentaran los diferentes proyectos de lo que habría de ser el monumento. Se llegaron a presentar una veintena de maquetas, que se expusieron al público en un comedor del Auxilio Social sito en el Paseo del Borne, y el 28 de julio de 1939 el jurado premió por unanimidad el q ue llevaba por lema "Inmortalidad", que había sido presentada por los arquitectos mallorquines Francisco y José Roca Simó (padre e hijo respectivamente) y el escultor José Pascual Ortells.
El coste del monumento se presupuestó en 100.000 pesetas, de las cuales ya se había recaudado por esas fechas la mitad.
Se decide emlazarlo en el glacis de Santa Catalina, Sa Faixina, constando de una plataforma de tres gradas, de 400 metros cuadrados, y una columna de 22 metros. Rematando la columna, un faro que dibujará con sus focos una enorme cruz, tal y como se conserva actualmente, y la parte escultórica, hoy desaparecida, que constaba de una estatua de tres metros de altura representando a un marino abrazado a un áncora y con el brazo en alto.
En un principio se pensó en poner en el monumento una placa con los nombres de los caídos en el hundimiento, pero finalmente no se llevó a la práctica. Las obras para su emplazamiento empezaron el 7 de agosto de 1939.

La inauguración
El 16 de mayo de 1947, el monumento al crucero "Baleares" fue inaugurado con la presencia del jefe del Estado, Francisco Franco, y el obispo Hervás, que bendijo el monumento. De este hecho se hicieron eco los periódicos lecales y del resto de España, así como el noticiario NODO, que filmó el evento.
La estatua central, que representa un marinero en el momento de rendir el máximo tributo a la patria, estaba recubierta por una gran cortina con los colores nacionales. Un flecha naval procedió a descorrer la bandera, quedando oficialmente inaugurado el monumento, al tiempo que estallaban los aplausos.

La polémica
Cuando el tiempo pasa la concepción de las cosas cambia, y hay temas que se olvidan o prefieren olvidarse, y así ha pasado con el monumento que nos ocupa. Durante la transición política, grupos radicales mutilaron en repetidas ocasiones el conjuntos escultural que figuraba al pie del monumento. Las primeras veces se restauró, pero con el tiempo no se destinó partida alguna a su conservación, quedando en un estado lamentable. Un día la estatua desapareció y hoy día está en un almacén municipal hecha añicos.
Recientemente se ha animado una cierta polémica sobre lo que había que hacer con el conjunto monumental, oyéndose opiniones para todos los gustos, desde los que querían cambiarlos símbolos, a aquellos que querían derruirlo o a los que simplemente querían añadirle una placa "explicativa contextualizadora".
Recientemente la alcaldesa de Palma Aina Calvo, ha argüido que existe un "clamor popular" para su derribo, cosa que sólo se ha concretado en una manifestación de 100 personas. Y artículos en los diarios. A ello se oponen otras tantas entidades cívicas, como ARCA, que creen que el monumento tiene suficiente entidad histórica y arquitectónica como para seguir formando parte de la fisonomía de la ciudad. Actualmente ha quedado incluído e integrado plenamente en la reforma que de la zona se ha hecho, aunque sin la estatua que completaba el conjunto monumental, que desapareció para siempre, como los propios marinos caídos a los que representaba.